En un sector donde la mayoría de los estudios de interiorismo adoptan identidades visuales neutras y minimalistas, Matiz buscaba diferenciarse con una marca que reflejara su esencia: una visión artística del diseño de interiores, donde cada espacio es tratado como una obra única y llena de matices.
Nuestro enfoque partió de la premisa de que el interiorismo es mucho más que decoración: es la capacidad de transformar un espacio, respetando su historia y adaptándolo a la personalidad de quienes lo habitan. Para ello, desarrollamos un sistema visual que interpreta esta filosofía mediante formas abstractas que representan cómo el interiorismo se adapta a cada entorno, redefiniéndolo y dotándolo de identidad propia.
El logotipo de Matiz es una pieza clave en la identidad. Con una estructura robusta y tipografía contundente, se posiciona como un símbolo de solidez y confianza. Su disposición casi brutalista le otorga una presencia inconfundible en cualquier aplicación.
A partir de formas cuadradas —que funcionan como contenedores— desarrollamos un lenguaje gráfico donde el diseño interior se convierte en el protagonista.
Dentro de estas estructuras rígidas emergen formas orgánicas, representando la manera en que Matiz reinterpreta los espacios con fluidez y creatividad.
Estas figuras, imperfectas y con texturas, añaden un carácter distintivo, generando un sistema visual dinámico y adaptable.
Fundador y Director Creativo en Estudio Matiz
Esta identidad no es solo estética, sino una herramienta estratégica que posiciona Matiz a nivel diferencial dentro del sector, transmitiendo la personalidad del estudio en cada aplicación, desde la web hasta el material impreso.